25 de Mayo 2009 |
El Mayo de 1810 nos ha enseñado por ejemplo la unidad popular, porque en ese Primer Gobierno Patrio muchos sectores estaban representados: la Iglesia, el Ejército patriota, comerciantes, criollos. Nos ha enseñado que únicamente unidos se logran los grandes ideales; sin sectarismos, sin intereses mezquinos.
Nos ha enseñado, también, que el pueblo en su conjunto debe participar en los acontecimientos donde se ponen en juego la integridad de una nación. No hay que temerle al compromiso y a la participación, cada uno desde su lugar, desde lo que piensa, hace y siente.
No es cierto eso que dicen por ahí, eso de que los jóvenes son el futuro del país. Son el presente y, como todos, se merecen conocer y luchar por un país justo, libre y soberano. No debemos desconocer que sólo en este primer semestre del 2009, Argentina pagará 20 millones de una deuda externa ilegítima y usuraria al Fondo Monetario Internacional y al Club de París; que 17 millones de km2 del territorio nacional están en poder de extranjeros (y que para ello se destierra la mayor de las veces a los pueblos originarios que también lucharon en 1810). No debemos olvidar que aún- y aunque nos duela profundamente- las Islas Malvinas continúan bajo el dominio del imperialismo inglés ni que muchos de nuestros recursos naturales, como Mina La Alumbrera y Cerro Dragón, están siendo explotados y saqueados por empresas extranjeras, que no solamente se llevan el hierro, el cobre o el oro, sino que por ello no pagan impuestos.
Todo eso es también preguntarnos por el Mayo de 1810 y por el Mayo del 2009. Eso implica preguntarnos si esa Revolución y los sueños de los hombres que la forjaron es una revolución concluída o un sueño inconcluso en el que todos debemos participar.
Profesora Laura Grecco
No hay comentarios:
Publicar un comentario